Otra "perlita" del Papa Benedicto. Es del diálogo que tuvo en la Vigilia para la clausura del Año sacerdotal, el pasado 10 de junio. El Papa teólogo habla sobre la teología.
"Yo sigo la teología desde 46; comencé a estudiar teología en enero de 1946, y he visto por tanto a tres generaciones de teólogos, y puedo decir: las hipótesis que en aquel tiempo, y después en los años 60 y 80 eran las más nuevas, absolutamente científicas, absolutamente casi dogmáticas, ¡con el tiempo han envejecido y ya no valen! Muchas de ellas parecen casi ridículas. Por tanto, tener el valor de resistir a la aparente cientificidad, de no someterse a todas las hipótesis del momento, sino de pensar realmente a partir de la gran fe de la Iglesia, que está presente en todos los tiempos y que nos abre el acceso a la verdad. Sobre todo, también, ¡no pensar que la razón positivista, que excluye lo trascendente – que no puede ser accesible – sea la razón verdadera! Esta razón débil, que presenta sólo las cosas experimentables, es realmente una razón insuficiente. Nosotros teólogos debemos usar la razón grande, que está abierta a la grandeza de Dios. Debemos tener el valor de ir más allá del positivismo a la cuestión de las raíces del ser. Esto me parece de gran importancia."
"Yo sigo la teología desde 46; comencé a estudiar teología en enero de 1946, y he visto por tanto a tres generaciones de teólogos, y puedo decir: las hipótesis que en aquel tiempo, y después en los años 60 y 80 eran las más nuevas, absolutamente científicas, absolutamente casi dogmáticas, ¡con el tiempo han envejecido y ya no valen! Muchas de ellas parecen casi ridículas. Por tanto, tener el valor de resistir a la aparente cientificidad, de no someterse a todas las hipótesis del momento, sino de pensar realmente a partir de la gran fe de la Iglesia, que está presente en todos los tiempos y que nos abre el acceso a la verdad. Sobre todo, también, ¡no pensar que la razón positivista, que excluye lo trascendente – que no puede ser accesible – sea la razón verdadera! Esta razón débil, que presenta sólo las cosas experimentables, es realmente una razón insuficiente. Nosotros teólogos debemos usar la razón grande, que está abierta a la grandeza de Dios. Debemos tener el valor de ir más allá del positivismo a la cuestión de las raíces del ser. Esto me parece de gran importancia."
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