Ayer, por la tarde, avisaron del agravamiento de la salud de Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia.
El corazón de Carmelo de abrió a la eternidad a las 20:10 de ayer, miércoles 22 de junio.
Desde aquí una palabra de despedida, mezcla de dolor pero también de paz: "Carmelo: concluyó tu peregrinación por este mundo. Llegaste a la meta. Gracias por todo".
Como obispo joven, en varias ocasiones "le tiré la lengua". Era un viejo sabio, pícaro y bueno, con una inagotable capacidad de preguntarse y de poner el dedo en la llaga ... para que entrara el suave bálsamo del Evangelio.
Siempre lo escuché con gusto, ávido por asimilar su rica experiencia de vida.
En los últimos tiempos había adelgazado bastante. En las Asambleas era el primero en hablar, ante un silencio respetuoso. Se lo veía recorrer los pasillos de Pilar con el rosario en la mano. En la última Plenario tuvo una homilía memorable, dirigida con franqueza apostólica a sus hermanos obispos.
La Comisión Fe y Cultura le encargó un texto sobre el "estilo pastoral de Jesús", que tuvimos la alegría de ver publicado. Su amor por el evangelio se transparenta en cada página. Allí buscó y encontró a Jesús, el Señor.
Seguramente, éste lo recibió con los brazos abiertos: "Carmelo, servidor bueno y fiel, entrá a participar del gozo de tu Señor"
Descansa en paz. Amén
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