[El viaje] ha sido un momento extraordinario, y un recordatorio de la resistencia del catolicismo a través de un abismo de años que ha consumido tronos, naciones, civilizaciones enteras. Esta, sobre todo, es la razón por la que la multitud aplaudió al Papa en Edimburgo, Londres y Birmingham. Porque, casi cinco siglos después de que la fe católica fuera estrangulada, al parecer, la iglesia todavía está viva en Gran Bretaña.
El periodista americano se expresa en unos términos muy parecidos a los de Newman, el día que recibió su nombramiento como cardenal. Después de describir el peligro que el “liberalismo” suponía para la fe y la vida eclesial en su patria, el neocardenal concluía:
Tal es el estado de cosas en Inglaterra, y es bueno que todos tomemos conciencia de ello. Pero no debe suponerse ni por un instante que tengo temor de ello. Lo lamento profundamente, porque preveo que puede ser la ruina de muchas almas, pero no tengo temor en absoluto de que realmente pueda hacer algún daño serio a la Palabra de Dios, a la Santa Iglesia, a nuestro Rey Todopoderoso, al León de la tribu de Judá, Fiel y Veraz, o a Su Vicario en la tierra. El cristianismo ha estado tan a menudo en lo que parecía un peligro mortal, que ahora debemos temer cualquier nueva adversidad. Hasta aquí es cierto. Pero, por otro lado, lo que es incierto, y en estas grandes contiendas es generalmente incierto, y lo que es comúnmente una gran sorpresa cuando se lo ve, es el modo particular por el cual la Providencia rescata y salva a su herencia elegida, tal como resulta. Algunas veces nuestro enemigo se vuelve amigo, algunas veces es despojado de esa especial virulencia del mal que es tan amenazante, algunas veces cae en pedazos, algunes veces hace sólo lo que es beneficioso y luego es removido. Generalmente, la Iglesia no tiene nada más que hacer que continuar en sus propios deberes, con confianza y en paz, mantenerse tranquila y ver la salvación de Dios. «Los humildes poseerán la tierra y gozarán de inmensa paz» (Salmo 37,11).
Tengo un poco de fiaca para ir a buscar el tomo de “La comunidad del Anillo”, pero: ¿no le dice Gandalf a Frodo algo similar, en aquel maravilloso capítulo: “La sombra del pasado”, acerca del real alcance del poder del mal?
PD. Por "liberalismo", Newman entiende una corriente que afirma que no hay verdades positivas en la religión, por tanto, no existe una "religión verdadera". Todas son iguales. La religión revelada se reduce a un sentimiento o un gusto personal. El sujeto es, en definitiva, el criterio de medida.
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