Estoy predicando los Ejercicios espirituales a las Monjas
carmelitas descalzas de Mendoza. Empecé el pasado sábado 2 de junio y terminaré
el sábado 9, a la vigilia del Corpus Christi.
Como los Ejercicios iniciaban con la Solemnidad de la
Trinidad elegí como propuesta de oración repasar la revelación y experiencia de
Dios en algunas páginas centrales de la Escritura: Abrahám, Moisés, Elías,
Isaías, Job. Voy a terminar con el Misterio Pascual, pues allì acontece la
revelación escatológica del rostro trinitario de Dios al mundo.
En el horizonte: el Año de la fe que se iniciará, Dios
mediante, el próximo 11 de octubre. La fe es la respuesta del hombre a Dios que
se revela.
He aprovechado también para leer un librito que reúne cinco radioconferencias
de Ratzinger sobre la fe, pronunciadas entre los años 1969 y 1970. Se titula: “Fe
y futuro”. Me lo obsequió una querida amiga, con quien compartimos también
inquietudes teológicas y espirituales.
De la última conferencia, extraigo el también último párrafo . La conferencia lleva como título una pregunta: "¿Bajo que aspecto se
presentará la Iglesia en el año 2000?".
Compartí este párrafo con los obispos en nuestra reciente
Asamblea plenaria de Abril pasado. Escribía Ratzinger en el lejano 1969
A
mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. Su verdadera
crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas. Pero
también estoy totalmente seguro de lo que permanecerá al final: no la Iglesia
del culto político, que fracasó ya en Gobel, sino la Iglesia de la fe.
Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la
medida en que lo era hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible
a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la
muerte.
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