Hoy es la fiesta de Nuestra Señora del Carmen.
Esta advocación está muy vinculada a mi vida. Nací en San Martín, y crecí espiritualmente en la parroquia dedicada a la Virgen del Carmen. Allí aprendí a ayudar en la Misa, de la mano de mons. Manolo Álvarez. Allí fui ordenado diácono y sacerdote.
El día de la Virgen del Carmen del año 2008 se hizo público mi designación como obispo auxiliar de Mendoza.
En estos años he sido capellán “part time” del Carmelo de Mendoza.
La figura del profeta Elías, que sube al Carmelo para restituir el culto al Dios verdadero, es una imagen muy fuerte y decidora de la misión del obispo, hoy y siempre.
Restituir la plena vigencia del primer mandamiento de la ley ante la tentación permanente de la idolatría, en cualquiera de sus formas. En palabras del Deuteronomio 5,6-9:
Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.
No tendrás otros dioses delante de mí.
No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios …
¡Qué María, la hermosura del Carmelo, sostenga la fidelidad de los discípulos de Jesús y su testimonio ante el mundo! ¡Sólo Dios es el Señor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.