Como señalé días atrás, Roberto preparó y acompañó mi reciente visita al Penal. Allí pude comprobar más directamente su entrega evangélica al servicio de internos y penitenciarios.
Los invito a todos a orar por el descanso eterno de su mamá, por él y su familia. En estos momentos, Roberto debe estar en Buenos Aires para el sepelio. Según nos ha dejado dicho, próximamente celebrará aquí en Mendoza una Misa por el descanso de su alma.
Nosotros rezamos con la piedad litúrgica de la Iglesia:
Vengan en su ayuda, Santos de Dios; salgan a su encuentro, Ángeles del Señor. Reciban su alma y llévenla a la presencia del Altísimo.
Cristo que te llamó, te reciba y los ángeles te conduzcan al seno de Abrahám.
Concédele, Señor, el descanso eterno y brille para ella la luz que no tiene fin. Amén
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