sábado, 17 de octubre de 2009

Sagrario


Hoy bendije la capilla del Santísimo Sacramento de la Parroquia “Santa Bernardita”. El P. Miguel López D’Ambola, su párroco, logró renovar este espacio sagrado con algunos elementos litúrgicos recibidos en donación de las Hermanas de San José.
En la Misa hice una catequesis sobre la Eucaristía, el Sagrario, la oración de adoración y el sentido de lo sagrado. Tomé como punto de partida, la bella expresión de la Carta a los Hebreos: “Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno” (Hb 4,16).
La Eucaristía es la actualización sacramental del sacrificio pascual de Cristo, que entrega su vida en rescate de la multitud. Escuchamos la Palabra que Dios nos dirige y, así alimentados por ella, nos volvemos al Señor para la Acción de gracias. Este doble movimiento marca el ritmo de la vivencia eucarística: escuchar la Palabra que viene a nosotros, y unirnos al Señor que se ofrece a sí mismo al Padre en el Espíritu Santo.
El Sagrario custodia la presencia del Señor en medio de su pueblo. La liturgia manda que las especies eucarísticas sean rodeadas de un escrupuloso cuidado, signo del amor de la Iglesia esposa por el Esposo. El tabernáculo es punto de referencia para la oración de los fieles.
La actual crisis de la Iglesia es una crisis de oración, de adoración y del sentido de la Eucaristía. En ella se encuentra la fuerza que transforma el mundo, y el secreto de una auténtica renovación espiritual y de una reforma de vida.
La dignidad del culto, el espíritu de alabanza y adoración, como también una revitalización del sentido de la presencia real de Cristo en la Eucaristía son senderos pastorales claramente delineados por la Iglesia. También en nuestro Plan de Pastoral.

4 comentarios:

  1. Padre: le pido si pudiera recordarnos los puntos del PDP en que se habla de la "revitalización del sentido de la presencia real de Cristo en la Eucaristía".

    Miriam

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  2. Hola Miriam. Me refiero a lo que dice el PDP en la Prioridad I, objetivo 5, estrategias a) y b) sobre el arte de celebrar los divinos misterios y la centralidad de la Eucaristía dominical y del Domingo. No hay referencias directas en el PDP a la revitalización del sentido de la presencia real del Señor en la Eucaristía. Sería una buena estrategia para incluir, pues toca un punto central de nuestra fe.
    Un saludo,
    P. Sergio

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  3. Estimado Padre: no había trampa ni retórica en mi pregunta, pero le confieso que me lo imaginaba.

    Valoro y agradezco su rectificación.

    Y comparto su deseo de una futura inclusión sobre la Presencia eucarística en los Tabernáculos de Mendoza.
    Coincidirá, tal vez, en que para concretar esto de incluir como estrategia pastoral la revitalización de la Presencia Real, Ésta ha de brillar previamente en los Objetivos y Prioridades, por aquello de que las estrategias emanan lógica y prácticamente de allí.

    Todo plan pastoral sufre de lagunas. Es inevitable y por ello, comprensible. Ahora, que lo haga en “lo que toca a un punto central de nuestra fe”, cuesta un poco más entender, al menos a mí. Y otro poco más, cuando no es asunto improvisado, sino que llevamos (dijo el mosquito) más de diez años juntándonos semanas enteras para darle forma...
    También es de rigor notar que “nuestro” caso (sí, me siento parte y no jueza de esta Iglesia mendocina), es casi inimputable. Cuando uno cae en la cuenta de que el nada magro Documento de Aparecida, en sus 554 numerales no tiene una sola mención a la “Presencia Real”... (sí, leyó bien, ni UNA, pero no me crea: haga un ‘control+b’ sobre el Documento) uno aprende a no ensañarse con nuestros pobres intentos diocesanos y a sospechar las dimensiones sistémicas de la crisis en eclosión (pensé con ilusión que el 6.1.2. (del 246 al 257) al abordar “lugares de encuentro con Jesucristo” hablaría de la adoración eucarística o de los sagrarios de nuestros templos... pero no. Eucaristía sí, claro está, pero exclusivamente como celebración y alimento).
    Ponga, por caso, en el buscador el mismo término de su post: "Sagrario" y le dará un redondo 'cero hallazgos', un vacío digno de horror.

    Nos queda mucho por andar, sin duda. Y comparto su tónica: hay que hacerlo con optimismo y esperanza. Muchos canalizamos esa esperanza en su episcopado, Monseñor. Dios —y el Papa— nos lo concedan muchos años más aquí en Mendoza, tratando de “ajustar” con paciencia y caridad, estas “minucias” de la vida eclesial.

    En Cristo y María Santísima,

    Miriam

    pd: ah, y gracias por ese sutil “volverse hacia el Señor”, que tan bien expresa el abanico de cosas que expresa...

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  4. Hola Miriam. Gracias a su pregunta, yo también puse el buscador en nuestro PDP y me dí cuenta de la ausencia. Yo trabajé, y mucho en la redacción del PDP, y recién ahora me doy cuenta. Lo de Aparecida no lo sabía.
    En estas últimas semanas, por diversos caminos, ha ido surgiendo el comentario acerca de la adoración perpetua en Mendoza. Espero que pronto demos algunos pasos en firme en esa dirección. En las parroquias va creciendo el culto eucarístico. Es una buena señal.
    Un saludo,
    P. Sergio

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