miércoles, 1 de enero de 2014

Un nuevo año, con María discípula de Jesús

Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros. Ese es el deseo más hondo del corazón humano. Ese deseo está actuando, incluso cuando se apoderan de nosotros otros deseos descaminados.

Es mucho más que un deseo. Dios lo ha puesto en nuestro corazón. Y lo ha cumplido, "cuando se cumplió el tiempo".

Dios ha iluminado su Rostro sobre nosotros en Jesús el Hijo de María.
Nuestro tiempo está lleno de la presencia del Dios humanizado.

Ahí lo tenemos que buscar: en nuestro tiempo humano, en nuestras cosas humanas.

En los hermanos y en los acontecimientos.

No fuera de nuestra condición humana, sino en lo más hondo y humano de ella.

Ahí está el Dios cristiano: Dios humanizado.

¿La actitud espiritual? La de María que observa, escucha y repasa en el corazón. La de los pastores que escuchan, cuenta y alaban.

PIdámoslo como gracia para este año nuevo que estamos estrenando: ¡Señor, que vea tu humanidad!

FELIZ AÑO 2014 PARA TODOS, con la felicidad del Evangelio de Jesús