sábado, 28 de agosto de 2010

J. H. Newman y la conciencia


El los próximos días, el Papa inicia su visita al Reino Unido. Punto culminante de esta peregrinación será la beatificación de John Henry Newman (1801-1890), el 19 de setiembre en Birmingham.

Se trata de una de las personalidades más interesantes del mundo católico del siglo XIX. En 1845 culminó un proceso espiritual e intelectual que lo llevó del anglicanismo a la Iglesia católica. Está descrito en un libro de lectura imprescindible: “Apologia pro vita sua. Historia de mis ideas religiosas”. Fue creado cardenal por el Papa León XIII en 1879.

Su influjo crece cada vez más, y lo proyecta como expresión acabada de la vitalidad del cristianismo en el siglo XXI. Una personalidad genuinamente católica.

Cito, a continuación, un largo párrafo de su conocida “Carta al Duque de Norfolk”, en la que aborda, entre otros temas, la cuestión de la naturaleza de la conciencia. El n° 1778 del Catecismo de la Iglesia Católica cita una frase de esta obra de Newman, en la que llama a la conciencia “el más genuino Vicario de Cristo”. Las frases que transcribo se encuentran un poco más delante. Dice así:

La Conciencia tiene derechos porque tiene deberes. Sin embargo, en estos tiempos para gran parte de la gente, el más genuino derecho y libertad de conciencia consiste en hacer caso omiso de la conciencia, dejar al margen al Legislador y Juez, ser independiente de obligaciones no escritas, in-visibles. La cuestión ahora es elegir entre adoptar una religión o no adoptar ninguna, ir a la iglesia católica o a la capilla protestante, hacer alarde de estar por encima de toda religión y ser un crítico imparcial de todas ellas. La conciencia es un consejero exigente, pero en este siglo ha sido desbancado por un adversario de quien los 18 siglos anteriores no habían tenido noticia -si hubieran oído hablar de él, tampoco lo hubieran confundido con ella-. Ese adversario es el derecho del espíritu propio, la autonomía absoluta de la voluntad individual…


Para pensar.

viernes, 6 de agosto de 2010

Algo personal


Escribo hoy algo muy personal.

Es la Fiesta de la Transfiguración del Señor. Dios es tan bueno que, en este “lacrimarum valle” nos regala, cada tanto, la luz de su Hijo Jesucristo en el rostro transfigurado de gente buena.

Hoy es también el cumpleaños n° 70 de Olga Marsollier. ¿Quién no conoce a Olga Marsollier? Alguna persona buena y pícara ha armado una cuenta de Facebook que se llama, precisamente: “Yo conozco a la Olguita Marsolier”.

Decía que Dios es bueno. Nos regala en el camino de la vida gente que se le parece. Personas transfiguradas por su luz. Vivir significa para ellas: amar, darse, olvidarse de sí, pensar desde los demás, ponerse en la piel de los otros, entregarlo todo, etc. etc. etc.

¿Cómo era lo de Jesús? “El que quiera ganar su vida, la perderá. El que la pierda por mí y por el Evangelio, la ganará”.

Ya no me acuerdo cuando conocí a la Olguita. Seguro que fue antes de ser cura o de ser diácono. En los quince años que estuve en el Seminario como formador, ella y esa otra mujer de hierro: la Hna. Ana, fueron una presencia transfigurada de la luz de Dios.

Sí, mis queridos amigos: cuando yo trato de imaginar a Dios, pienso que será algo así como la Olga y la Hna. Ana. Las dos juntas. Bueno, muy bueno; pero también un poco pícaro. Porque hay que ser, además de bueno, pícaro y audaz para confiarse de la manera que a los curas (nosotros decimos: "Yo te absuelvo". "Esto, mi Cuerpo").

He enseñado el Tratado “De Deo uno et trino” por largos años. He tenido que explicar los atributos del Dios amor, de la mano sabia del Aquinate: su simplicidad y perfección, su bondad y su infinitud, su omnipresencia y su omnipotencia, eternidad y unidad, hasta llegar a calificarlo como el “Ipsum Esse per se subsistens”. Todo lo cual es verdadero.

La Biblia dice que los hombres han sido creados a imagen y semejanza de Dios. Añade además, que Dios se busca amigos entre los hombres, que nos ayudan a conocerlo mejor, a entrar en su misterio de luz: el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob; el Dios de Moisés y el éxodo; hasta llegar a Jesús que lo invoca, llamándolo: ¡Abba!, y ahí se nos abren los ojos para reconocer su Rostro trinitario. Dios agape, al decir de San Juan.

Yo, humildemente, vuelvo a decir: he encontrado en el camino de mi vida, hombres y mujeres, que me han ayudado a conocer a Dios. Olguita es una de estas personas.

¡Gracias por todo!

PD Yo me anoté al Facebook: “Yo conozco a la Olguita Marsolier”

jueves, 5 de agosto de 2010

Una buena idea: ¡con aclaración!

Acabo de leer que los fieles católicos (curas incluidos) que quieran participar de algunos actos y celebraciones presididos por el Papa en su próxima visita a Gran Bretaña tendrán que pagar. Más o menos los dos tercios de los gastos que insume la visita estarán a cargo de los fieles católicos.

Tanto los católicos como los que están en contra de la visita han necesitado echar mano de un colorido “merchandaising” para cubrir los costos de sus campañas.

¡Muy buena idea! Los católicos tenemos que acostumbrarnos a solventar con nuestro dinero las obras de la Iglesia.

ACLARACIÓN
Como era de esperar, ha llegado rápido la información de Inglaterra. Transcribo abajo la noticia tomada e Infocatólica. Lamento haberme echo eco de la pícara y sistemática desinformación sobre temas eclesiales a los que nos tienen acostumbrados nuestros medios. De todos modos, sigo pensando que es una buena idea costear los gastos de nuestros eventos desde nuestro bolsillo. Como, por otra parte, hacemos ya.
Chau.

(Agencias/InfoCatólica) Mons. Summersgill comparó el proceso de inscripción para esta visita con el de la inscripción en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

No se trata de un billete en sentido estricto, las actividades del Papa no se pagan, dijo el Coordinador. “La contribución es un acto de solidaridad, por así decirlo, de modo que cualquier persona que asiste a alguna de las Misas, a la de Beatificación del Cardenal Newman o la Misa en Glasgow, hará la misma contribución, no importa de dónde vengan”, explicó el sacerdote. “Además, quien no se encuentre en posibilidad de afrontar el gasto podrá igualmente entrar en los eventos”, añadió.

El Coordinador dio a conocer además que los paquetes para los peregrinos serán distribuidos a comienzos de septiembre y que en ellos encontrarán la información necesaria para seguir la visita y las celebraciones respectivas. El “kit del peregrino” para la Misa en el Bellahouston Park en Glasgow costará 20 libras (24 euros) e incluirá el transporte hasta el lugar, un CD, material sanitario, una tarjeta para viajes, un libro de oraciones y un paquete conmemorativo.

Los kits para la Vigilia en el Hyde Park de Londres costarán 5 libras (6 euros). Mons. Summersgill explicó que al principio éstos incluían pases de transporte, pero puesto que muchos de los fieles que acudirían al Hyde Park son del área de Londres y ya tienen sus propios pases, la cuantía se pudo rebajar de 10 a 5 libras, además de reducirse el costo para las familias, cuyas tarjetas tienen precio especial.