miércoles, 30 de septiembre de 2009

Aprendiendo a ser obispo


Mi viaje a Italia ha tenido un fin preciso: participar del curso para los obispos nuevos que, cada año, organiza la Congregación para los Obispos. Les cuento un poco sobre esto.
El curso tuvo lugar del lunes 14 al miércoles 23 de setiembre en la casa de formación de los Legionarios de Cristo. Éramos, como ya conté, 104 obispos provenientes de Europa, América y Australia. El grupo más numeroso era el de Brasil, seguido de los italianos, los norteamericanos y los franceses. Los argentinos éramos 9. De izquierda a derecha, en la foto que adjunto: Víctor Arenhardt (Oberá), Ariel Torrado Mosconi (auxiliar de Santiago del Estero), Enrique Eguía Seguí (auxiliar de Buenos Aires), Marcelo Colombo (Orán), el que escribe, Damián Bitar (auxiliar de San Justo), Luis Fernández (auxiliar de Buenos Aires) y José Slaby (Esquel). Falta el obispo auxiliar de los ucranianos, Sviatoslav Shevchuk.
El ritmo de las jornadas fue muy intenso. Comenzábamos con la Eucaristía y las Laudes; después del desayuno seguían las conferencias (4 o 3 por día). Normalmente, después de cada conferencia tenía lugar un breve intercambio entre el expositor y los presentes. En dos ocasiones nos reunimos en círculos menores de discusión, según las lenguas. El que me tocó a mí, éramos 15 obispos latinoamericanos. Por la tarde celebrábamos las vísperas a las 16:00 hs y proseguíamos con las conferencias y los diálogos. La liturgia era en latín, excepto las lecturas bíblicas de la Misa.
Los temas abordados nos permitieron abarcar en los 10 días del curso un panorama bastante amplio de puntos que tienen que ver con el ministerio episcopal, desde las tres funciones clásicas (enseñar, santificar y regir), a problemáticas más particulares (relación del Obispo con los sacerdotes, los laicos y los religiosos), cuestiones canónicas, la cultura, el ecumenismo y la bioética, por ejemplo.
Destaco dos temas que me parecieron muy logrados: la exposición del Cardenal Murphy O’Connor de Inglaterra sobre la relación entre el Obispo y los presbíteros, y la exposición de Mons. Giannfranco Ravasi (conocido biblista) sobre el problema cultural. También estuvo muy interesante la intervención de Mons. Claudio Celli sobre los medios de comunicación y la nueva cultura.
El último día tuvimos un trabajo muy bueno todos los latinoamericanos, guiados por Mons. Octavio Ruiz Arenas, obispo colombiano que preside en Roma la Pontificia Comisión para América latina. Como ya he contando, para nuestro continente, el impulso misionero de Aparecida constituye un cauce muy claro para la acción pastoral de la Iglesia.
En pocos días, un curso acelerado de los principales temas que marcan la vida del Obispo. Bueno, como ocurre con todas las cosas: hay que ir de a poco. Un saludo a todos.

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