domingo, 16 de octubre de 2011

Madre, vida y esperanza


La madre está siempre esperando
la vida le ha enseñado a tener paciencia

Aunque, muchas veces, el término de su esperanza se aleja.

Sin embargo ….

Llegará; 
el día del encuentro llegará.

Las madres no desesperan, aunque desesperen.
En el fondo de su alma femenina, hay siempre una luz de esperanza.

Por eso, la madre es el símbolo más real de la vida.

Aunque no lo puedan explicar,
en ellas acontece la vida,
ellas la sienten crecer.
Y lo sienten con su sangre,
con sus sentidos más sensibles.

Jesús nos enseñó que Dios es “Abba”.
Esa palabra es sagrada
y no nos está permitido cambiarla.
No tenemos autoridad para hablar de un Dios Padre y Madre.

La paternidad de Dios, sin embargo,
se ve con nuevos ojos
cuando miro los ojos y las manos de mi madre.

Cuando miramos los ojos y las manos
de la Santa Madre de Dios.

Amén. 

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