domingo, 4 de octubre de 2009

Estudiando en Roma



Con un atraso de 15 horas he llegado a Mendoza. El vuelo de Alitalia que debía despegar a las 21:50 del viernes, lo hizo a las 13:30 del sábado. ¡Cosas que ocurren también en el primer mundo!
Al revisar las fotos que tomé en Roma me encontré con la que he puesto en este post. Se trata de una cena en un restorán romano. El menú: pizza. De izquiera a derecha, allí estamos: el que escribe, Diego Resentera y su mamá,y, finalmente, Mariano Cinquemani. Junto con Esteban Pavéz, Diego y Mariano son los tres sacerdotes mendocinos que están cursando estudios superiores en distintos centros universitarios de Roma: Diego estudia Teología dogmática en la Universidad Gregoriana; Mariano, Teología moral en la Academia Alfonsiana; y Esteban, Exégesis bíblica en el Instituto Bíblico.
Los tres viven, junto a una docena de curas, en el Colegio Argentino que funciona junto a la Iglesia nacional (la “Chiesa argentina”) dedicada a N. S. de los Dolores en la Plaza Buenos Aires.
Gracias a Dios, nuestra diócesis viene haciendo un gran esfuerzo en la formación superior de algunos sacerdotes que, culminados sus estudios en distintas disciplinas eclesiásticas, sirven en nuestra Iglesia en distintos campos pastorales, además de la docencia.
Para ello, ha sido necesario contar con la ayuda de distintas agencias internacionales católicas que, con gran generosidad, ofrecen becas de estudio para estudiantes de América latina. Entre ellas hay que nombrar a dos: Adveniat y Kirche in Not. Sin su aporte sería verdaderamente imposible tener sacerdotes estudiando en Roma u otros centros.
¿Por qué esta inversión? Por muchos motivos. Ante todo, porque la marcha del Seminario y otros institutos de formación como el Pablo VI, exigen profesores cualificados. Pero también, porque la misma acción evangelizadora -hoy más que nunca- supone el cultivo de una inteligencia de la fe que sea capaz de poner en relación la fe con la razón, la tradición católica con la cultura moderna.
Estamos trabajando para que esta posibilidad se abra también para los laicos. En Europa se ha hecho ya un camino en este sentido. Aquí en Mendoza, el Instituto Pablo VI viene cumpliendo una labor silenciosa, perseverante y cada vez de mayor calidad en este sentido. Es una necesidad fundamental contar con laicos -varones y mujeres- que hayan podido acceder, con rigor, método y competencia, al pensamiento teológico.

2 comentarios:

  1. Comporto con ud la necesidad de laicos y sacerdotes formados y preparados. El tema es que eso se vea reflejado en lo cotidiano de la vida parroquial de la vida de fe de cada uno de nosotrso y es ahi donde me parece que todavia falta. El "fiel común" (por llamarlo de algun modo) el que va a misa ayuda al párroco o da catequesis no se enriquece, continua con una fe y formacion limitada muchas veces hasta fetichista y peor aún es escuchar de algunos sacerdotes decir que es "preferible salvarse por ignorantes y no condenarse sabiendo" podemos ignorar muchas coasas pero no podemos ignorara el amor y al misericordia de Dios, esa es una grave responsabilildad que tenemos que asumir.
    Soledad Manzano

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  2. Mons. Sergio. Yo valoro mucho este esfuerzo real que se hace por la preparación y cualificación de los sacerdotes.
    Lamento mucho que a veces este esfuerzo no se hace con tanto ahínco en otras áreas que son urgentes y necesarias (con todo lo que eso implica) para la vida pastoral de la Iglesia diocesana.
    Entiendo, o creo entender, que usted defiende y promueve con pasión el estudio y la formación (cosa por demás noble y provechosa), pero cuando uno escucha a la gente se da cuenta (con cierta lástima y pesar) que se necesitan "testigos alegres y convencidos de Cristo resucitado" y no tanto s licenciados y/o doctores.
    Por otro lado, con pesar, se percibe que en la praxis cotidiana de la vida pastoral muchos sacerdotes no aplican o predican una teología renovada y vigorosa, sino que s limitan a repetir formulas anquilosadas, recetas, rancias y hasta, muchas veces erróneas.
    Además hay que tolerar a veces con respeto por la investidura sacerdotal, a algunos que predican desde los ambones que "es preferible salvarse por ignorante..." (como dice un comentario) una noción descontextualizada que la recibo con pena y casi como un insulto. Aunque en realidad, creo que es una forma de hacer apología del descompromiso personal por ser verdaderos maestros y evangelizadores en la comunidad.

    Mons, le agradezco este espacio y espero que tenga a bien estas consideraciones para que pueda en la medida de lo posible, revertir algo de esto.

    Lucho

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